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RECORDANDO AL GRAN ESCRITOR RAMÓN DURÓN RUÍZ El Inolvidable “Filósofo De Güémez”

  • Foto del escritor: Francisco López
    Francisco López
  • 5 jun 2016
  • 4 Min. de lectura

**En la presentación de su Agenda de 2007, Don Ramón Durón Ruíz, escribió cosas muy interesantes que a continuación citamos en su memoria.

La gente me pregunta: ¿porqué tratas las cosas políticas con humor?, porque el humor se ha puesto de moda, nuestra política es una caricatura, es mejor que cualquiera de los chistes de Pepito; sin lugar a dudas, nuestros políticos han hecho que el humor sea rentable. Pero no ha sido sólo la eficacia del humor lo que nos lleva a hablar de él, también porque mediante él pueden tratarse los asuntos más serios de la nación, pudiendo ser un correlato de la melancolía o una extraordinaria forma de procesar nuestra tragedia democrática.

La diferencia entre el chiste y el humor radica en que el chiste hace reis; el humor, reflexionar. Eso es lo que busco: una reflexión colectiva. Pareciere que al observar los acontecimientos nacionales con humor, la ausencia de talento para la reconciliación de nuestros actores políticos duele menos, nos aleja de la ira, nos hace más piadosos con nosotros mismos y con nuestros políticos.

El humor puede tener algo de redentor, puede hacer -parafraseando a Roberto Benigni- que incluso “hasta en las grandes desgracias, nuestra vida sea un poco más bella”. Es esa predisposición de ánimo que nos es curativa, restauradora, es una forma vital de descargar las presiones, el estrés cotidiano, poniendo las cosas en su sitio, llevándonos a experimentar el placer del aquí y del ahora, generando un estado de bienestar social, emocional, psíquico y físico.

El humor nos transmite el mensaje de que estamos aquí, a pesar de todos los problemas, destinados a vivir, triunfar y ser felices. Este Filósofo busca reírse de sí mismo, como el camino, para ser estéticamente divergente, para atraer a hombres y mujeres. Lucha por la equidad de género, lo mismo hace frases pícaras, llenas de obviedad, sentido común, perogrullo y una pretendida buena fe rural, sentenciando:

“Los pela’os casados son como los bóilers de leña… los primeros tres meses calientan un chingo, después se la pasan tizne y tizne” o “Las semillas de tomate son como las suegras… nadie sabe pa’ que ingados sirven, pero ya vienen incluidas”

Busca que el humor sea referencial.

Lo que nos hace reír de él, de su fraseología o sus anécdotas es la distorsión, la exageración y el sentido de obviedad de sus ocurrencias, pues en ellas trata de convertirse en un personaje que hace disfrutar de su sentido de vida, lo mismo a la gente madura que a los jóvenes, a los hombres y a las mujeres.

Producir una Agenda de El Filósofo de Güémez es entregar a usted una cápsula de humor, que no es otra cosa que Dios, que se manifiesta a través de la risa, haciéndonos magnánimos, ayudándonos a darnos cuenta de que la seriedad de la vida está compuesta en gran parte de sufrimiento humano, de la patética desesperación provocada por la pretenciosidad.

Deseo hacer camino al andar, tratando de hacer de la cotidianidad una cultura del humor, mientras en la vida encuentro personas que buscan ser trágicas o dramáticas, yo busco como opción existencial la risa, que es la manera menos enferma de enfrentar la cotidianidad.

El poder del humor es tan fuerte que cuando parodian a los poderosos, a los políticos y al clero, jugando contra las normas, generan un placer colectivo que se traduce en la risa. Para este Filósofo si no hubiese políticos y clérigos… ¿de qué nos reiríamos?

Los ingredientes del humor son siete, debe ser breve, claro, corto, sencillo, sustancioso e inesperado, pero su ingrediente fundamental es la sorpresa, debe transgredir el orden establecido; para entender el humor hay que inmiscuirse en la referencia cultural, si no seremos ajenos a él.

El humor no nos afecta igual en momentos y espacios diferentes, por ejemplo: un público compuesto sólo por mujeres ríe más alto que uno mixto con el mismo estímulo. El humor llega a los diferentes puntos energéticos: hay el que llega a la cabeza, es aquel que tiene que ver con el ingenio, el virtuosismo verbal, el chiste, la ironía, la sátira; otro que llega a los intestinos, está relacionado con los miedos, los deseos, la necesidad de supervivencia; y otro que nos da en el corazón, el que nos conmueve. No hay uno mejor que otro, necesitamos de los tres, por eso busco trabajar en el humor, para desarrollar en quienes me leen, ese extraordinario poder que Dios nos dio.

Eso me recuerda un día cuando el sol se despedía de Güémez, Eustasio caminaba junto al viejo Filósofo:

-¿Qué cosa es lo que más te gusta de la vida?

-Los atardeceres –respondió al mismo tiempo que dirigía su mirada hacia el ocaso.

-¿No te gustan más los amaneceres? –preguntó Eustasio confundido-. Mira que no he visto cosa más hermosa que el nacimiento del sol en nuestras parcelas.

-¡Yo prefiero los atardeceres! –dijo El Filósofo-, son los momentos en los que me gusta reflexionar y pensar mucho, son momentos que me dicen cosas de mí mismo.

-¿Cosas de ti mismo?

-¡Claro!; la vida es como un amanecer para los jóvenes como tú. Para los “viejos”, como este Filósofo,, es un bello atardecer. Lo que al inicio es precioso, al final llega a ser plenamente hermoso, perfecto, sublime; por eso prefiero los atardeceres… La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer y como un atardecer sereno se nos va. De nosotros depende que el sol, cuando se despida de nuestra vida, llene el atardecer con un paisaje multicolor; colores que sean los recuerdos más hermosos que guarden de nosotros las personas que vivieron a nuestro lado.

Este filósofo de Güémez desea un 2007 lleno de luz, amor y humor en el que Usted impregne de momentos sublimes a aquellos con quien convive y a quienes ama.


 
 
 

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Frase de la Semana:

 

“Es posible

conseguir algo

luego de tres

horas de pelea, pero es seguro que se podrá

conseguir con

apenas tres

palabras

impregnadas

de afecto”.

-Confusio

 

 

 

 

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