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Panorama Político

  • Francisco Javier López Reyna
  • 5 jun 2016
  • 2 Min. de lectura

Se llegó la hora, si, hoy es el día de decidir quién nos gobernará los próximos 2 años en el estado y quienes serán nuestros representantes en la LXIV Legislatura Local a partir del próximo día 1 de Septiembre de 2016.

Luego de dos meses de trabajo proselitista de los candidatos para gobernar Veracruz y un mes de los candidatos a la Diputación Local de los diferentes partidos políticos participantes en esta contienda electoral, salgamos todos a votar, si a votar por quienes les hayan convencido con sus mejores propuestas en busca de ser gobernados democráticamente y por mandato del pueblo mismo.

En algo lamentable una vez más comprobamos que la vida es de paso, y de paso efímero, el pasado día viernes 27 de mayo tuvimos oportunidad de conocer personalmente a Don Ramón Durón Ruíz, autor del seudónimo “El Filosofo de Güémez”, y cuatro día más tarde, el día 31 del mismo nos enterábamos de su muerte en lamentable accidente carretero cuando se dirigía a un evento a la ciudad de Nanchital, Ver.

Don Ramón Durón, hombre sencillo, de trato amable, muy bien preparado, de alta calidad humana, humilde y extraordinaria educación, nació en ciudad Victoria, Tamaulipas, en 1956, fue profesor de educación primaria, licenciado en Derecho, posgraduado en administración municipal y Doctor en Derecho. Además fue alcalde de su natal Victoria, Diputado Local y Procurador de Justicia entre muchos cargos más, actualmente era coordinador de Relaciones Públicas en la campaña para gobernador de Veracruz, del licenciado Héctor Yunes Landa.

Su fama rebaso todo limite con su columna “El Filosofo de Güémez” que se difundía en distintos periódicos del país. En ella hacia uso de los dichos populares basados en la lógica de lo obvio. Siendo reconocido como uno de los mejores escritores mexicanos de la actualidad.


 
 
 

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Frase de la Semana:

 

“Es posible

conseguir algo

luego de tres

horas de pelea, pero es seguro que se podrá

conseguir con

apenas tres

palabras

impregnadas

de afecto”.

-Confusio

 

 

 

 

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